Qué pasa con las palometas en nuestros ríos?
Desde nuestra Organización deseábamos compartir un interesante documento escrito por el lic. Claudio Bertonatti (biólogo, ex-directivo de la Fundación Vida Silvestre Argentina, ex-director del Zoológico de Buenos Aires), que fuera hecho pùblico recientemente y nos permite análizar lo que está sucediendo en nuestro Río con la aparición de las palometas, sin lugar es un importante aporte :
Bertonatti comienza explicando que » las palometas atacan a personas es cierto, pero no es nada frente a nuestros ataques a la vida de nuestros ríos. El por qué suceden estos ataques habría que estudiarlo, desde luego. Se podría hipotetizar en algunas causas que -para mí- no serían descabelladas. Por ejemplo:
– La contaminación de los cuerpos de agua, que elimina muchas de sus presas (invertebrados, peces pequeños, anfibios y hasta mamíferos pequeños, sobre todo, cuando están heridos).
– La disminución o desaparición de algunos de sus predadores (como la ya extinta nutria gigante en territorio argentino y los yacarés tan cazados en décadas pasadas), por la sobrepesca.
– La construcción de represas (como Yacyretá), que no solo impactó negativamente sobre otros de sus peces predadores migratorios, sino que desaceleró (cuando no, estancó) ríos que corrían y ahora las pirañas tienen ambientes más calmos que las favorecen.
– La liberación de peces exóticos, ajenos a la región, como las carpas asiáticas o los esturiones del Hemisferio Norte, por su parte, ha diezmado las poblaciones de peces autóctonos (presas o predadores) más vulnerables o sensibles que las pirañas.
«Al disminuir, entonces, la oferta de peces que eran base de su dieta y contar con menos predadores no sería imposible que algunas pirañas aumenten la frecuencia de ataque a personas, justo en la época veraniega en que mayor número de personas ingresan al agua. Las altas temperaturas de estas últimas semanas también favorecen que los peces estén más activos y que, incluso, desciendan (desde el norte) a localidades donde no son tan frecuentes de ver y menos de provocar accidentes. Todos los años hay personas heridas (incluso, con falanges de dedos mutiladas), pero no conozco casos graves ni fatales.
«Por todo esto y aunque no estén realizados los estudios que apoyen totalmente mi opinión, sostengo que las palometas o pirañas no son la causa del problema, sino una de las consecuencias del violento maltrato que damos a nuestros ríos, arroyos y lagunas. Por eso, lo mejor que podemos hacer para resolver el problema es crear nuevas áreas reservas naturales, fortalecer las ya existentes, controlar y penalizar a quienes pescan y contaminan por encima de los niveles permitidos, y promover un mejor conocimiento de la importancia del agua dulce y de la vida que contiene. Mientras no lo hagamos, seguiremos poniendo “curitas” a nuestros males ambientales y vendas a nuestras heridas.
«La sabiduría guaraní las ha bautizado con su nombre más temido: “piraña”, es decir, “pez con dientes que cortan”. Se trata de animales veloces, robustos, que acostumbran nadar y comer, muchas veces, en cardumen (no es el caso de Serrasalmus spilopleura). Tienen dientes triangulares y filosos, emplazados sobre mandíbulas poderosas. Por eso, las heridas que ocasionan son rápidas y cortantes. Tanto, que debajo del agua la víctima no suele percibir la herida hasta minutos más tarde.
«Hay otras especies de peces inofensivos a los que también se los llama «palometas». De ahí que se arme una confusión con temores infundados. Estos peces son incluso de otra familia (Cichlidae). Una de las especies más comunes y abundantes de estas “palometas” es la “chanchita” (Cichlasoma facetum), que está presente en arroyos, lagos y lagunas (hasta en los lagos porteños de Palermo). Es absolutamente inofensiva, aun alcanzando el tamaño de una piraña verdadera.
«De la treintena de especies de peces que popularmente o genéricamente se denominan «pirañas» o «palometas» que viven en el mundo, todas ellas pertenecen a la familia Characidae, la misma que nuclea a las mojarritas, dientudos y pacúes. Pero dentro de esta numerosa familia de peces hay un grupo temido: la subfamilia Serrasalminae, que en la Argentina contiene 5 especies de «palometas» o «pirañas» verdaderas:
1. Pygocentrus nattereri, Piraña o Palometa mora, pacusa o de río. (U)
2. Serrasalmus marginatus, Piraña o Palometa amarilla.
3. Serrasalmus spilopleura, Piraña o Palometa de banda negra, amarilla o brava. (U)
4. Serrasalmus rhombeus, Piraña negra o candirú. (U)
5. Serrasalmus serrulatus, Piraña o Palometa amarilla o brava.
(U): también presentes en aguas de la República del Uruguay.
«Todas ellas tienen por distribución geográfica la cuenca del Plata y las tres primeras, pueden hallarse en los ríos Paraná y de la Plata (como en lagunas vecinas y ríos o arroyos tributarios). Las dos primeras son las más frecuentes aguas abajo de los ríos mencionados. Dado que se parecen mucho entre sí, particularmente, los ejemplares jóvenes (suelen ser moteados), los nombres populares suelen sumar confusión».