No pasa NARANJA con los controles ambientales en Buenos Aires
Una vez más en la presente jornada el polo petroquímico de la Región de la Capital Bonaerense es noticia, ante las inmensas columnas de humo que emanan desde las antorchas de Destilería La Plata. Seguramente desde la gerencia de la empresa esta anomalía será justificada argumentando problemas en el suministro eléctrico y que fue advertido a las autoridades ambientales de la provincia, pero esas excusas que se repiten en cada ocasión, ya son insostenibles ante la realidad que soportan los vecinos.
cabe señalar que debemos calcular como mínimo 2 veces por mes este tipo de emisiones en donde se visualizan inmensas columnas de huno negro, pero no es el problema su contaminación visual, lo grave del hecho es que esas columnas representan miles de toneladas de sulfhídrico que se libera en nuestra atmósfera. Sin lugar a dudas esto trae como consecuencia problemas en las vías respiratorias de los vecinos de nuestra región y otros pueden correr con la suerte de que la pluma de la columna del humo se dirija a otro sector determinado gracias a la dirección de los vientos.
La empresa se sigue auto controlando y los resultados no son confiables, más allá de que no son publicados o puestos a consideración de Organismos No Gubernamentales, mientras el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) que es la máxima autoridad ambiental, no cumple con su rol de contralor ambiental a YPF, polibutenos o COPETRO, estando esta última ubicada en el barrio Campamento, y desde donde el carbón de cocke sigue depositandosé en sectores de Ensenada y Berisso. La picardía de los empresarios hacen que las dos antorchas de copetro, donde emana gran parte del carbón, intensifiquen su trabajo durante la noche y madrugada, y los vecinos amanecen con carbon en sus patios.
Debemos reiterarles a las autoridades que los controles ambientales no pueden tomarse vacaciones y siempre debe estar ACTIVO, se deben realizar los controles y auditorías correspondientes para que se solucione definitivamente este problema a la vez seguimos sosteniendo la necesidad de cobrar una tasa de calidad de aire para invertirla en la colocación de estaciones de monitoreo fija en distintos puntos de la región.