nota realizada por Lic. Silvana Bujan (Fundación BIOS)
El modelo industrial agrícola, en contrario al modelo agroecológico, requiere de un paquete de biocidas y fertilizantes para poder producir. La inocuidad de ese paquete tecnológico asociado ha sido pregonada hasta el cansancio por sus defensores.
Año a año, esta última década ha visto desmoronarse esos argumentos debido a la emergencia de la evidencia aplastante de las externalidades sanitarias asociadas a este modo de producir en el campo.
Millones de litros de herbicidas (en particular Glifosato -GLY- y Atrazina –ATZ-) son rociados sistemáticamente sobre tierras, aguas, y hasta poblaciones. Legislaciones restrictivas han empezado a alejar las aspersiones de los centros urbanos y de las escuelas, no siempre con éxito y no siempre a conciencia de que las derivas de esas sustancias son impredecibles. El discurso de las “buenas prácticas agrícolas” no sólo omite estas cosas, sino que de suyo, dejan bien en claro que durante más de 50 años los promotores de este modelo, hacían “malas prácticas agrícolas” sin siquiera pedir disculpas por ello.
Podemos lograr que se alejen las aplicaciones de las personas… pero, ¿podemos impedir la lluvia?
TAMBIEN LA LLUVIA
El Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) que pertenece a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata ha producido, con la firma de Lucas Alonso, Alicia Ronco y Damián, un trabajo de investigación que demuestra que estas sustancias también evaporan y caen, luego, con las lluvias. Es decir, llueven agrotóxicos.
Señalan (citando del trabajo) que en Estados Unidos se han reportado, en aguas de lluvias, concentraciones máximas de 2,5 µg/L y 0,83 µg/L con aplicaciones anuales de 2,75 toneladas de estos formulados agroquímicos. Comparativamente en Argentina, durante el período 2012/13, se comercializaron alrededor de 245 toneladas de formulados equivalentes, lo que motiva el interés en el estudio de estos compuestos en la atmósfera y su posible alcance a regiones urbanizadas. El objetivo del trabajo consistió en estudiar los niveles de GLY y ATZ en aguas de lluvia en núcleos poblacionales urbanos y periurbanos de la Región Pampeana.
Para ello se realizaron muestreos de los eventos de lluvia desde Octubre de 2012 a Abril de 2014 en: provincia de Bs. As. (n=27), Córdoba (n=36), Santa Fe (n=35) y Entre Ríos (n=16). Las muestras fueron sobre agregadas en el punto de muestreo con trazadores isotópicos de ambos analitos y transportadas con cadena de frío al laboratorio. Previo a su análisis, se filtraron por 0,45 µm y la fracción soluble se analizó por HPLC-ESI-MS (Modo SIM, de iones característicos para cada compuesto).
El glifosato fue el herbicida más detectado con 90% de resultados positivos, una media y una máxima de concentraciones regionales de 6,5 µg/L y 67,3 µg/L, para la ATZ en el 79% de los casos con media- máxima de 1,5-15,7 µg/L y el AMPA con 35% de detección y media-máxima de 0,8-7,9 µg/L.
Las provincias donde se detectaron las mayores concentraciones fueron Córdoba, Santa Fe, Bs. As. y Entre Ríos.
Estos resultados son los primeros medidos para Argentina y aportan información respecto a una de las contribuciones atmosféricas en cuencas hídricas y poblaciones urbanas para este tipo de compuestos.